Junto al Portal Valldigna, además de ubicarse la primera imprenta de España, el germano Lambert Lampart imprimió en 1474 el primer incunable del país. Antes de esta fecha ya existían documentos como tales pero eran archivos sueltos. En el mismo lugar podemos ver una placa conmemorativa que nos recuerda que a x metros de allí se editó el primer libro literario español.
Incunable se le considera a todos aquellos ejemplares producidos entre la fecha de invención de la imprenta y el año 1500. “Obres e trobes en lahors de la Verge Maria”, en castellano “Obras y trovas en honor de la Virgen María” se trata de una compilación de 45 poemas presentados en un certamen literario en Valencia el 11 de febrero de 1474 y reunidos por Bernat Fenollar.
Entre las 45 composiciones cabe destacar a autores de renombre como Jaume Roig, Joan Roïc de Corella, Francesc de Castellví, Lluís Alcanyís, Miquel Péreç e incluso el mismo Bernat Fenollar, entre otros. La gran mayoría de las odas, 40 para ser exactos, están escritas en valenciano, cuatro en castellano y una en toscano. Todas ellas dedicadas a la Virgen María.
Según señaló en 2011 María Cruz Cabeza Sánchez-Albornoz, entonces directora de la Biblioteca de la Universidad de Valencia, los historiadores han pasado por alto un dato curioso a la par que importante: uno de los poemas está escrito por una mujer. En aquella época el papel femenino no tenía presencia alguna en los escritos, sin embargo, un notario dio fe de la existencia de una mujer como autora de una de las poesías. Se llamaba Yoland, escribía en valenciano y su nombre figura al comienzo de cada verso.
El libro tiene 66 hojas, 8 de ellas en blanco y las 58 restantes impresas. Los autores tenían libertad en cuanto a estilo y lengua. Los únicos requisitos es que tenían que constar sus poemas de cinco estrofas, dedicatoria y estribillo.
El único ejemplar se encuentra en la Biblioteca de la Universidad de Valencia pero no lo tienen expuesto sino que es un duplicado el que está a manos del público. Puedes ver un facsímil en el Museo de Imprenta de El Puig, que por cierto es el primero de estas características en España. La diferencia entre una copia y un facsímil radica en que este último no sólo se limita a reproducir el texto propiamente dicho sino que también trata de imitar las técnicas utilizadas e incluso en ocasiones se busca calcar el olor del original.
En la actualidad sigue habiendo controversias acerca de otorgar el reconocimiento de “Obres e trobes en lahors de la Verge Maria” como el primer incunable español. Algunos señalan que es el “Sinodal de Aquilafuente” impreso en Segovia en teoría en 1472 por Johannes Parix. Sin embargo, estudios posteriores lo fechan más adelante. Además, la mayoría de especialistas no lo considera un libro propiamente dicho dado que se trata de actas y no de una obra literaria. En él se recogen las Actas del sínodo diocesano que se celebró en ese pueblo segoviano a principios del año 1472. No obstante, la obra no está fechada por lo que no se sabe a ciencia cierta si se editó el mismo año en el que se celebró. Por el contrario, los datos que aparecen en el ejemplar de Fenollar son más concretos e irrefutables al mostrarse la fecha en su primera página.
A día de hoy se desconoce cuál es el archivo impreso más antiguo de España. ¿Habrá nacido también en la capital del Turia? Pese a encontrarnos entre las ciudades candidatas a tal honor junto con Segovia, Toledo, Zaragoza y Barcelona por ahora se trata de un misterio todavía sin resolver.
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